por Christopher Castillo
“Tanto singular como comunitariamente, toda acción es ética, y lo ético del acto indica que es práctico.”
(Enrique Dussel)
María Cuervo menciona que: “…la transformación de las ciudades se ha visto altamente afectada por el neoliberalismo, ya que ha empezado a entender la ciudad como un gran negocio pasando muchas veces por encima de la historia, relaciones sociales, paisajes y derechos…” (Cuervo, M. 2017); el neoliberalismo no solo comprende un esquema político, económico, que ha sido defendido como un modelo de salvación para los países peyorativamente calificados como “Tercer mundo”, comprende además un entramado de concepciones éticas, que se constituyen como fundamentales para el funcionamiento, y perpetuidad del sistema, las cuales se extienden hasta las prácticas profesionales, porque se asume dicho esquema ético (del actuar) como la norma, cayendo el sujeto en un estado de interpretado, además en su carácter mesiánico, el neoliberalismo se constituye como la nueva meta-narrativa, aunque sus métodos de ser y estar, no son compatibles con el bienestar integral del sujeto individual, ni del sujeto en colectivo. Al abordar, desde una postura crítica, la significancia de la ética para el arquitecto, en un plano cultural neoliberal, nos preguntaremos: ¿Cómo concibe la ética el arquitecto (a) en ese contexto, y con qué finalidad? Para dar respuesta a dicha pregunta, abordaremos, las premisas del neoliberalismo y su relación con la producción arquitectónica, luego en cómo se deriva esa relación, y cómo ese derivado pasa al plano ético y en la obra arquitectónica como escenario de vivencias condicionadas y condicionantes.
Mediante una serie de fundamentos, se pretende demostrar que la ética del arquitecto (a) está fuertemente vinculada a los fines mercantiles del neoliberalismo, y que dicho vinculo es negativo para el plano colectivo. Las premisas éticas del neoliberalismo, están ligadas al macro sistema del que se desprende: el capitalismo, un modelo que tiene como medida de valor principal el dinero, derivado de la mercancía. Sobre esto Karl Marx menciona que:
“La mercancía es, en primer término, un objeto externo, una cosa apta para satisfacer necesidades humanas, de cualquier clase que ellas sean. El carácter de estas necesidades, el que broten por ejemplo del estómago o de la fantasía, no interesa en lo más mínimo para estos efectos. Ni interesa tampoco, desde este punto de vista, cómo ese objeto satisface las necesidades humanas…” (Marx, K. 1867).
Constituyéndose en este caso la mercancía, como la obra arquitectónica, adoptando la medida ética que el cliente impone, y no la del usuario (a); es entonces donde el cliente (a) dicta al usuario (a) como vivir en el espacio, se resta importancia al medio, para dársela al fin, el dinero se constituye en la principal medida de valor, y es ahí donde surge el conflicto, porque bajo el enfoque de producir ilimitadamente (aunque los recursos del planeta sean limitados) se pone en detrimento la situación de quien trabaja y del entorno natural, en función de satisfacer “necesidades” del cliente. El neoliberalismo impone siempre la superioridad simbólica de quien más capital posee, y promete a los profesionales superar niveles en la pirámide de poder, si cumple estándares éticos, estéticos y políticos; entonces la sociedad verá al arquitecto como un cercano al poder, admirándolo por ello y dándole un carácter de semidiós, de corte patriarcal, en un contexto donde los dioses son los poseedores de los medios de producción, se promueve además un culto al ego que genera arquitectura cada vez más personalista. Esto además resta autonomía a la arquitectura, porque se mueve en el sentido del capital y de su constructo de ego que le construye un peldaño de superioridad desde donde desconoce otras realidades, situándose en un plano clasista.
Humberto González hace un vínculo entre el concepto de las mega ciudades y su inseparable relación con la segregación social, la humillación y deshumanización. (Gonzales, H. 2017). El neoliberalismo se manifiesta en lo urbano, y, por ende, al irrumpir en las formas de convivir, la arquitectura también adopta una función conductora, sobre esto, María Sagardoy menciona que: “…Con frecuencia el arquitecto ha pretendido al crear los espacios enseñar al usuario cómo debe vivirlos, de manera que la arquitectura pasa a tener un papel educativo de la sociedad…” (Sagardoy, M. 2007).
Esa función conductora se vincula con el esquema de colonización del pensamiento, que en Latinoamérica cobra una gran importancia y ha sido objeto de constante señalamiento por movimientos sociales, que rechazan la imposición de proyectos arquitectónicos y urbanísticos de corte neoliberal en los territorios, que dividen a la sociedad, en especial por que arrastran prácticas racistas, patriarcales y que cosifican al sujeto (a) a un plano comercial.
“La urbanización capitalista cumple un rol importante en la visión de Ciudad mercancía… agudizando las desigualdades urbanas dando paso a una ciudad doble, por un lado, los sectores más favorecidos viven en una ciudad formal que intenta copiar los modelos de
los países centrales. En esta ciudad proliferan los centros comerciales, centros empresariales, centro de servicios y condominios cerrados a los que sólo un pequeño sector de la población puede acceder pues la calidad de la vida urbana se ha convertido en una mercancía” (Cuervo, M. 2017)
El carácter de mercancía que ha cobrado la arquitectura en el esquema neoliberal, ha generado lo que Rem Koolhaas llama “El espacio basura”, y lo define como “…la suma total de nuestro éxito actual; hemos construido más que todas las generaciones anteriores juntas, pero en cierto modo no se nos recordará a esa misma escala…” (Koolhaas, R. 2012).
El neoliberalismo ha arrebatado a la arquitectura, parte de su capacidad para ser trascendental, apoyándose cada vez más en los avances tecnológicos, que cada vez cobran mayor velocidad, y vuelven a los espacios menos humanos. “La continuidad es la esencia del «espacio basura»; éste aprovecha cualquier invento que permita la expansión, despliega una infraestructura de no interrupción.” (Koolhaas, R. 2012)
El asimilar la filosofía neoliberal sin una postura crítica, contribuye a la normalización del sistema, siendo esto uno de los motivos por el que la arquitectura como disciplina carece de material escrito respecto al tema, esto debido a que el arquitecto concibe su actuar en el marco mercantil con finalidades mercantiles. Existe entonces una neo-liberalización del ver, del sentir, del querer y desde ahí se apoya la ética actual del arquitecto, volviéndose a sí mismo y a su obra cada vez más individual, el arquitecto (a) impregna en dicha obra el “querer” del cliente. Debemos apuntar entonces a la liberación cognitiva de esa neo-liberalización, a partir del involucramiento del arquitecto (a) en la esfera política, el reenfoque autónomo epistemológico de la arquitectura hacia fines de bienestar colectivo, para que desde un compromiso ético se libere la arquitectura, dado que no cuestionar al sistema, vuelve cómplice de éste al sujeto (a), en resumen; la deconstrucción del sujeto que hace arquitectura a partir de releer críticamente el contexto.
“Hablar de una ética critica, es hablar de una ética de la liberación”
(Dussel, E. 2016)
Bibliografía
Cuervo, M. (2017). La Arquitectura y el Urbanismo Neoliberales. Escrito para la clase de Representaciones del Espacio Arquitectónico: Practicas y Procedimientos Contemporáneos, con la Profesora Vera Pallamin en la Universidad de São Paulo (USP), Brasil.
Dussel, E. (2016). Tesis de la Ética: Hacia la Esencia del Pensamiento Crítico. Colección Estructuras y procesos: Serie Filosofía Estructuras y procesos. Editorial Trotta, Madrid, España.
Gonzales, H. (2017). Neoliberalismo, México y arquitectura: reflexiones urgentes. Fundarqmx. México.
Koolhaas, R. (2012). El Espacio Basura. Estridentópolis, La vieja. AL FIN LIEBRE EDICIONES DIGITALES. 2012. 22 pp. Barcelona, España.
Marx, K. (1867). El Capital vol. 1. Cap. 1: La Mercancía. Traducción y notas: Pedro Scaron. Berlín, Alemania.
Sagardoy, M. (2007). El Bien en la Arquitectura. Universidad de Navarra. España.
BREVE ENSAYO SOBRE LA ÉTICA DEL ARQUITECTO(a) FRENTE A UN MODELO CULTURAL NEOLIBERAL, Christopher Castillo, 10-12-2020, Tegucigalpa, Honduras. C.A.