(VIDEO Y FOTOS) Venezuela 20M: Testimonio de una testigo

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Un reportaje en el sitio por la enviada especial de la edición “Baricada”, Kadrinka Kadrinova, que participó en una misión de acompañamiento  internacional de las elecciones en Venezuela. Entrevistas personales, especialmente para nuestros lectores, dieron los asistentes -observadores, los ex Presidentes de Ecuador y Honduras – Rafael Correa y Manuel Zelaya.

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El mundo al revés es cada vez más popular. Y cada vez más, la propaganda reemplaza las noticias.

Venezuela es una ilustración emblemática de esta tendencia. Durante años, las noticias que han pasado por el filtro de las influyentes corporaciones de medios de comunicación presentan solo un punto de vista. Lo mismo que un argumento para la política de sanciones de Washington hacia Caracas. Esta retórica ya ha sido tomada desde Bruselas.

Por supuesto, el mismo prisma se dio a las elecciones presidenciales del 20 de mayo en Venezuela. El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, las denunció como una farsa y anunció como ilegítima la victoria de Nicolás Maduro y  Donald Trump se apresuró a introducir una nueva porción de sus sanciones favoritas que los venezolanos denominan nada más que una guerra económica. Nuevamente los Estados Unidos recordaron que “todas las opciones permanecen abiertas” en respuesta a la situación en Venezuela, incluidas las militares.

La primer diplomática de la UE Federica Mogherini tampoco se olvidó de hablar y anunció que las elecciones venezolanas estaban “llenas de irregularidades”, no cumpliendo con las normas internacionales, que no fueron democráticas y transparentes, etc. Advirtió que la UE consideraría “medidas de represalia”. Es sorprendente saber de dónde obtiene esa información sobre dicha categorización después de que ella, a pesar de la invitación especial que recibió de Caracas, se negó a enviar observadores oficiales de la UE a las elecciones. ¿Cómo puede juzgar algo que ni siquiera quiso ver?

A diferencia de la honorable señora Mogherini, yo estaba en las elecciones en Venezuela, ví como la gente  votaba, oí lo que dicen y aquí ofrezco mi reporte de testigo.

En todos caso, sí  hubo observadores internacionales, incluyendo diputados del Parlamento Europeo. Pude ver y hablar con al menos dos de ellos: el español Javier Couso Permou, vicepresidente del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, y el portugués João Pimenta López. Ambos son representantes del Grupo de Izquierda en el PE. Ambos participaron en la misión de observación a gran escala conformada por las figuras políticas, públicas y culturales de  países influyentes  que llegaron a Venezuela para comprobar por sí mismos cómo vota la gente y si hay democracia.

Con Joao Pimenta coincidimos en un autobús en la gira por los centros de votación el día de las elecciones, el 20 de mayo. Estábamos en el grupo de más de 150 “asistentes invitados” por el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano con  la misión de observadores.

El eurodiputado Joao Pimenta (con la cámara) toma foto cómo un votante  da su huella dactilar después de haber votado. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova

Entre nosotros había activistas de organizaciones públicas y movimientos sociales, periodistas, abogados, miembros de parlamentos nacionales, y del Parlamento Europeo, como quedó claro.

Se puede decir que éramos representantes de la llamada diplomacia popular, cuyo papel los actores de la Revolución Bolivariana insisten en desarrollar. Muchos de nosotros estábamos familiarizados desde el Foro  celebrado en Caracas en septiembre del año pasado- Diálogo global por la paz “Todos somos Venezuela”.

Además de nosotros, también hubo varios grupos de expertos de observadores internacionales, principalmente especialistas en derecho electoral y procedimientos, con experiencia de otras misiones de observación. Hubo también políticos destacados. Entre ellos estaban los nombres del ex Primer ministro español, José Luis Rodríguez Zapatero, así como los ex Presidentes de Ecuador y Honduras, Rafael Correa y Manuel Zelaya. Los dos últimos también dieron entrevistas  especialmente para Barricada en la noche de las elecciones (ver abajo).

La Conferencia Permanente de Partidos Políticos en América Latina  hizo su propio monitoreo.

Los observadores de COPPPAL (Conferencia Permanente de Partidos Políticos en América Latina) usaron chalecos especiales con la inscripción de su organización. Foto cortesía – Kadrinka Kadrinova

Las dos instituciones que invitaron a observadores extranjeros fueron el CNE (Consejo Nacional Electoral) y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela.

Específicamente, para nuestro grupo multinacional de más de 150 miembros  “acompañantes del proceso electoral”, nuestros anfitriones del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela organizaron visitas a varios centros electorales en la capital Caracas y en todo el país.

Estábamos divididos en 4 autobuses y cada uno se fue en diferentes direcciones. Nuestro autobús nos llevó a cuatro centros de votación: tres en Caracas y uno en el puerto de La Guaira en el Mar Caribe. Todos los centros estaban ubicados en escuelas y cada uno tenía varias secciones.

Los observadores internacionales se dirigen al centro de votación en el distrito de La Cañada del barrio  23 de enero en Caracas. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova

Fuimos recibidos por los coordinadores de estos centros que nos explicaron los detalles del procedimiento del voto.  También asistimos directamente al voto de muchos ciudadanos en las diferentes secciones de las cuatro escuelas que visitamos. Las tres en Caracas se encontraban en los barrios del “23 de enero” (distrito La Cañada), El Valle y Santa Teresa.

También hablamos con las personas que esperaban su turno para entrar a  votar, sentadas en sillas en los pasillos y patios escolares. En dos de los lugares había colas afuera, frente a las escuelas.

Todos los que vinieron a ejercer su derecho al voto estaban tranquilos, muy amigables, listos para fotos y contactos, algunos nos hablaron e insistieron en decir que el pueblo venezolano quería un desarrollo pacífico para su país.

En la escuela en la zona El Valle, Francis Rebelde (ver el video) recurrió a nosotros. Ella junto con otros votantes, esperaba que la llamaran para dar su voto. Ella dijo: “Venimos a votar aquí sin ninguna duda. Nosotros en Venezuela somos soberanos, tenemos nuestros derechos, no como dicen en el exterior que nos han obligado a venir a votar. Nada de eso, siempre hemos votado libremente, nunca ha habido una estafa. Personalmente, siempre he venido a votar aquí, siempre el proceso es el mismo. Creo en este proceso y que Venezuela seguirá adelante. Somos una nación soberana, valiente y luchadora, somos el pueblo de Simón Bolívar. Somos independientes! “.

El procedimiento de votación es rápido y fácil. Primero, el votante va a una mesa donde está instalada una máquina de identificación de huellas dactilares. El votante entrega al comité electoral su tarjeta personal, ponen su número en la máquina, luego la persona pone su dedo en un hueco especial y cuando recibe una señal de que su identidad está confirmada, va a votar.

Un votante da una huella dactilar en una máquina para verificar su identidad según los datos proporcionados por la tarjeta de identificación: este es el comienzo del proceso de elección. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova

Se  va detrás de una pantalla, levantada de cartones con el emblema del CNE sobre  otra mesa. Los cajones esconden del resto lo que hay en la mesa. Y allí está la máquina de votación (se “desbloquea” automáticamente cuando la otra máquina -para huellas- confirma la identidad), así como un tablero con las fotos y los números de todos los candidatos.

El votante permanece con la máquina de votación y el tablero y sólo debe presionar los botones de la máquina correspondientes a su elección. Cuando lo hace, la máquina lanza una ficha de papel donde su candidato está marcado. El votante dobla la papeleta, sale de la pantalla, va a la urna  en el medio del salón escolar  y coloca dentro su papeleta.

Después de votar la máquina detrás de la pantalla improvisada de cajas desplegadas en una mesa (en la parte inferior), el votante también coloca la hoja de papel emitida por la máquina en una urna en el medio del salón de clases. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova

Luego se dirige a la otra mesa con representantes de la comisión electoral local. Allí mete su dedo con tinta indeleble, coloca su huella en la lista de votantes y pone su firma. Eso es todo.

Si un votante encuentra dificultades técnicas detrás de las pantallas o tiene preguntas sobre el funcionamiento de la máquina, el Presidente de la sección electoral puede acercarse a él pero sin pasar detrás de la pantalla y puede darle explicaciones más detalladas.

A nosotros, los “invitados que acompañamos el proceso electoral”, nos permitieron  filmar todo, pero no la máquina de votación detrás de la pantalla. Dijeron que esto no estaba permitido por el CNE por razones de seguridad. Simplemente nos dejaron pasar por la máquina y mirar todo lo que hay detrás de la pantalla para asegurarnos de que no había nada irregular.

De hecho, según otros participantes de nuestro grupo, un día antes de la votación, fueron llevados a la sede central del CNE, donde tuvieron la oportunidad de probar las máquinas de votación y verificar su fiabilidad. No tuve esta oportunidad debido al horario tardío de mi viaje.

En las mesas de votación nos explicaron que la doble sujeción (votación mecánica y en papel) se realiza de modo que los datos de la máquina puedan verificarse de manera fácil y rápida. En los 24 procesos electorales  venezolanos hasta el momento en los últimos 20 años, ningún chequeo ha mostrado una discrepancia entre el voto de la máquina y las marcas en las fichas de papel.

Este es el mismo sistema de votación con el que los Chavistas han ganado 22 de las 24 elecciones en el país. Nuevamente, a través del mismo sistema, la Oposición ha ganado en dos de esos 24 procesos electorales. Cada vez que la Oposición pierde, declara que hay fraude (aunque ninguna de las señales hayan  comprobado algo similar), y en las dos veces que ha ganado, ha aceptado los resultados como completamente legítimos.

Después de una de las inspecciones del sistema electoral venezolano, llevada a cabo en 2012 por la Fundación del ex Presidente estadounidense Jimmy Carter, quien  de ninguna manera comparte las ideas chavistas, él personalmente llamó a este sistema de elección “el mejor del mundo.”

En cada votación, todos los candidatos y las fuerzas políticas elegibles tienen derecho a sus “testigos”, por lo que se los llama delegados a los que el CNE otorga una acreditación especial. Realizan un seguimiento de todo el proceso electoral y alertan si encuentran violaciones.

En la sección de la urbanización Santa Teresa, nos encontramos con un “testigo”: Juan Ramirez, que era el representante del candidato presidencial de la oposición, Henri Falcón. El joven también nos mostró el documento que certificaba su estado de testigo, que había sido enviado por el CNE.

Juan Ramírez, “testigo” del candidato opositor Henri Falcón. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova

Antes de continuar con las otras impresiones directas, se necesita una pequeña retrospección para comprender por qué el voto actual para el presidente de Venezuela fue particularmente dramático. Como es bien sabido y mencionado, el país está sujeto a sanciones financieras y económicas por parte de los Estados Unidos y la UE y a una presentación bastante distorsionada de la situación en el mundo por parte de los principales medios internacionales.

En Caracas, esto se percibe dolorosamente como una guerra económica y mediática, así como una injerencia en los asuntos internos y la idea de un golpe de Estado. Las sanciones, sin duda, empeoran la situación económica en el país y el abastecimiento de productos a la población, el bombeo de la inflación y la especulación están directamente dirigidos a provocar el descontento público. Estos métodos no son nuevos: se implementaron en la preparación del golpe en Chile en 1973.

Cola frente a un supermercado  en el municipio central Libertador de Caracas el día de las elecciones el 20 de mayo. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova

Trump presentó la primera serie de sus sanciones contra Venezuela el año pasado, cuando la oposición venezolana que entra en la  unión MUD (Mesa de la Unidad Democrática) anunció que se negaba a reconocer la Asamblea Nacional Constituyente, elegida el 30 de julio 2017. Washington y Bruselas tampoco la reconocieron. Y fue elegida por iniciativa del Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para encontrar una salida constitucional del país inundado de enfrentamientos callejeros violentos con muchas víctimas, guiados por la oposición en mayo, junio y julio del año pasado.

La participación masiva de los venezolanos en las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente dio una clara señal a la oposición de que la gente rechazaba sus métodos violentos y los disturbios se detuvieron.  Debilitada y separada, la Oposición ha participado en las elecciones para gobernadores en octubre, pero ganó sólo 4 de los 23 estados del país, lo que fue una indicación inequívoca del débil apoyo en la sociedad.

Mientras tanto, el Gobierno ha estado presionando por un diálogo pacífico con la oposición a través de la mediación internacional en la República Dominicana. El objetivo era lograr una inclusión constructiva en las elecciones presidenciales de este año. Después de un largo y complejo proceso de negociaciones en las que participó el ex primer ministro español, José Luis Rodríguez Zapatero, a principios de 2018 se redactó un Acuerdo entre el gobierno y la oposición, que contenía las garantías para la oposición democrática en las elecciones.

Pero en el último momento antes de firmarlo, siguiendo una llamada del entonces Secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, la delegación de la oposición se negó a firmarlo. Los partidos de la MUD dijeron que no participarían en las elecciones porque las garantías de la democracia no eran suficientes e insistieron en que se pospusiera las elecciones. Y declararon que si se hacían las boicotearían y pedirían a sus partidarios que no votaran para deslegitimar el procedimiento en sí. Washington y Bruselas abiertamente se pusieron del lado de la MUD. En este equipo entran asimismo  otros 14 gobiernos de derecha en América Latina, conocidos como el Grupo de Lima.

La respuesta del Presidente Maduro fue que el plazo constitucional para las elecciones era este año y que se llevarían a cabo conforme a lo dispuesto por las leyes del país, ya sea que la MUD participará o no y que a la gente extranjera le gustara o no. La intención original era que la votación se realizara en abril, pero después de consultar con el CNE, fue programada para el 20 de mayo.

Incluso con el anuncio de esta decisión, los EE.UU. y la UE afirmaron que no reconocerían las elecciones porque no iban a ser democráticas. Nuevas sanciones también llegaron.

Esta campaña, con una estigmatización previa de las elecciones antes de su celebración, es una de las razones por las cuales las autoridades venezolanas están persuadidas de que están sujetas a una guerra de propaganda. Bastante justificable y Zapatero, como observador el día de las elecciones, el 20 de mayo, dijo a los periodistas a su alrededor que definitivamente no compartía ese enfoque. Y que eso ponía en riesgo la estabilidad de Venezuela, un país que él cree que necesita principalmente paz y evitar cualquier riesgo de escalada del conflicto.

  

El ex Premier español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido constantemente buscado por los periodistas por su activo papel de mediación. Foto: hablame24

Es un hecho que las elecciones difícilmente podrían presentarse como realizadas sin alternativas, porque además del “oficial” Nicolás Maduro se registraron tres candidatos más con plataformas opositoras.  Estos tres decidieron no cumplir con el llamado de boicot de la MUD y lanzaron sus candidaturas con la esperanza de derrotar a Maduro a través de las urnas. Su mensaje fue que si se necesitaban cambios en el país, no se podían lograr con boicots, sino  que debían estar involucrados en el proceso.

El rival más serio o, por lo menos, el más ambicioso de Maduro fue Henry Falcón, un abogado de 56 años.

Henry Falcón fue considerado como el rival más serio de Nicolás Maduro. Foto: EFE

Durante dos mandatos fue alcalde de Barquisimeto y otros dos mandatos más fue gobernador de Lara. Fue miembro de la Asamblea Nacional Constituyente en 1999 y activista del Partido creado por Hugo Chávez, la Quinta República, así como por el Partido Socialista Unido de Venezuela y Patria para todos. En 2010, se separó de esta tendencia política y creó su propio partido, la Unión Progresista. Además de esta organización, la nominación de Falcón también fue elevada por el Partido Social-cristiano (COPEI), el Movimiento por el Socialismo (MAS) y el Partido Ecológico. Se consideró que Falcón era el oponente de Maduro con mejores posibilidades en su presentación, un pronóstico que se justificó con su clasificación de segundo lugar en la votación. Pero sobre los resultados nos detendremos más adelante.

Javier Bertucci, un empresario de 48 años y pastor evangélico, también fue candidato.

Javier Bertucci también compitió por la presidencia. Foto: EFE

Es director de la Asociación Cívica “El evangelio cambia”, a través de la cual ejerce su liderazgo religioso en Venezuela. Lanza sus ideas en la radio y la televisión. En muchos medios venezolanos y extranjeros su nombre resonó en medio del escándalo de los “Papeles de Panamá” con el ocultamiento de capital en paraísos fiscales. En 2010 fue juzgado por contrabando de combustible.

Reinaldo Quijada, es un ingeniero electrónico de 58 años que  también se unió al sufragio.

Reynaldo Quijada también figuró entre los aspirantes a la presidencia. Foto: Aporrea.

Nació en Suiza, donde su padre trabajó como diplomático. Candidato por el Partido de la Unidad Patriótica del Pueblo’89. Al igual que Falcón, fue un activista del Partido Socialista Unido de Venezuela. Se retiró de él y fundó su propio partido (que lo nominó como candidato) después de la muerte de Hugo Chávez en 2013.

Llegué a Caracas el 19 de mayo, un día antes de las elecciones, y soy testigo de que, en el camino desde el aeropuerto hacia el hotel, en muchos lugares vi enormes vallas publicitarias con el retrato de Falcón.

Cartel con el rostro de Henry Falcón en una de las carreteras principales de Caracas. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova.

También estaba Maduro pero Falcón definitivamente tenía más. Ya el día de la votación también vi muchos carteles con la foto de Bertucci en las calles más pequeñas.

Al fondo de la calle en esta foto aparecen pasquines con los rostros de Nicolás Maduro y Javier Bertucci. La foto fue tomada en el municipio Libertador de Caracas el día de las elecciones. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova

Las leyes venezolanas no requieren que se retiren carteles y vallas publicitarias el día de la votación. Por lo tanto, en esta ocasión, no hubo quejas de ningún candidato, incluida la oposición.

Tampoco hubo quejas sobre la fortalecida presencia del ejército que protegía todos los centros electorales. Las consideraciones de seguridad ahora parecen irrefutables para cualquier ciudadano venezolano después de la tragedia de la violencia callejera del año pasado que provocó la muerte a más de 120 personas.

La protección del ejército en los colegios electorales en algunos lugares fue confiada a bellas muchachas que vestían sus uniformes militares. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova

Si hoy Ud. habla con un cualquier venezolano sobre esas “protestas” y sus víctimas, al menos en las dos terceras partes de los casos escuchará que la culpa fue de la oposición radical que provocó los enfrentamientos y llevó a los “muchachos confundidos” a luchar contra las fuerzas de seguridad con sus propias armas artesanales, que a menudo se detonaban en sus manos, y lanzando cócteles Molotov, que también explotaban antes de ser lanzados.

El caso más horrendo fue el de Orlando Figueras, un muchacho negro de 21 años que fue atacado, golpeado y quemado vivo por manifestantes antigubernamentales en la Plaza Altamira de Caracas el 20 de mayo de 2017. La razón de esta atrocidad fue que los enfurecidos atacantes creyeron que el chico Orlando era chavista, por ser negro y estar mal vestido. A pesar de haber luchado por su vida en hospitalización unas dos semanas después el muchacho falleció…

No sé si fue una coincidencia, pero las elecciones presidenciales venezolanas se celebraron exactamente el 20 de mayo, el mismo día del aniversario del ataque a Orlando Figueras, que hizo que los venezolanos se alarmaran para no permitir que el odio y la agresión reinaran en su país.

En una declaración televisada el 20 de mayo de este año, el segundo hombre del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, manifestó que iba a votar en memoria de Orlando Figueras.

El propio presidente en ejercicio, Nicolás Maduro, también apareció en la televisión en la mañana del día de las elecciones para invitar a sus compatriotas a votar, sin importar quién, pero que votaran para defender la democracia. También les instó a optar por la paz antes que por las balas.

Por supuesto, estas declaraciones fueron interpretadas por la oposición que no fue a votar y por los candidatos de la oposición participantes como un ejercicio de influencia sobre el votante.

Sin embargo, Henry Falcón, considerado como el principal oponente de Maduro en la contienda, armó mucho ruido, no por eso, sino porque dijo que en muchos lugares los llamados “puntos rojos” del PSUV y los consejos comunales locales estaban inadmisiblemente muy cerca de los colegios electorales y que sus emisarios estaban influyendo directamente en los votantes haciendo uso de otro atributo específico conocido como la “el carnet de la Patria”.

Este “carnet de la Patria” se introdujo el año pasado. Contiene información detallada sobre el estado social del propietario y de acuerdo a los programas sociales del gobierno pueden determinarse con mayor precisión si la persona debe recibir en mayor o menor medida los beneficios sociales. Debe tenerse en cuenta que, debido a la dificultad relacionada con el continuo déficit de alimentos y la creciente  inflación y especulación con elevadísimos precios de “libre mercado” los venezolanos sobreviven principalmente gracias al sistema de protección CLAP (Comités Locales para la alimentación y producción),  mediante paquetes de alimentos subvencionados a  precios muy módicos. Los reciben en su lugar de trabajo y de residencia.

Además, sus salarios se combinan con cupones adicionales, que nuevamente son para alimentos y otros productos de la canasta básica que son de primera necesidad. La distribución de estos cupones se realiza a través de los datos proporcionados por el “carnet  de identificación de la Patria”.

En general, la oposición genera mucho ruido sobre este sistema, porque si una persona por cuestiones ideológicas no quiere inscribirse en él, no recibe o recibirá con menos frecuencia los bonos y paquetes del CLAP.

Aquí está la conexión con las elecciones. Según Falcón, los emisarios del PSUV y los concejales comunales habían reunido la información sobre los titulares del “carnet de la Patria” que habían votado (atención, no  por quién votaron, sino si votaron o no), y de esta forma hacían creer a la gente de que recibirían un cupón adicional por votar… Una acusación extraña y virulenta de la tan moderna “suposición fundamentada”… Porque, en efecto, no se planteó en blanco y negro la confirmación de tales hipótesis. Nunca se han ofrecido o recibido bonos por efectuar el derecho al voto.

En lo que respecta a los “puntos rojos”- estas son las mesas improvisadas, a las que los activistas chavistas se dirigían precisamente al salir de los colegios electorales.

Chavistas del “Punto rojo” del distrito La Cañada en el barrio 23 de enero en Caracas. Estaba ubicado a unos 200 metros del colegio electoral, tal como lo estipula  la ley. Todos los partidos tienen derecho a colocar esos “puntos rojos” para contabilizar y verificar el número de votantes para el escrutinio después de conocer los datos oficiales. Los puntos han sido una práctica común durante 20 años. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova

 

Por cierto, la gente hacía cola frente a estas mesas y deseaba decir que habían votado. Muchos orgullosamente agitaron su “carnet de la Patria”. Vimos esto temprano en la mañana del 20 de mayo en el distrito La Cañada, pero no vimos que alguien les diera nada. De hecho, los chavistas llevaban su propia cuenta paralela de los votantes para conciliarla más tarde con los datos oficiales.

Es importante enfatizar que el derecho a tener tales “puntos rojos” es de todos los partidos que nominan sus candidatos en las elecciones. Por ley, los “puntos rojos” deben estar al menos a 200 metros del centro de votación. Esto fue lo que vimos en el caso del punto en La Cañada, donde estuvimos.

En la cola frente al “punto rojo” en La Cañada, algunos agitaron con orgullo su “carnet de la Patria”. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova

Falcón protestó porque creía que en muchos lugares esta distancia no fue respetada, y que los activistas chavistas entraban en los colegios para hacer averiguaciones y encuestas. En el colegio electoral de Santa Teresa, la coordinadora nos dijo que hubo un caso allí, pero que ella conminó a la mujer a que saliera y se alejara a 200 metros.

El día de las elecciones, cuando aparecieron las primeras denuncias de Falcón, personalmente la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, emitió una declaración e insistió en que todos los activistas de los puestos rojos mantuvieran estrictamente la distancia establecida por la ley. Por lo tanto, las violaciones no se pueden atribuir a las autoridades oficiales, sino más bien al entusiasmo de activistas locales.

Mis experiencias personales son de un día de sufragio electoral muy tranquilo en el que no vi rostros huraños y en el que el proceso de votación se llevó a cabo sin problemas y de rutina – porque era obvio que las personas están acostumbradas a ir a las urnas por las muchas elecciones celebradas hasta ahora en el país. Por supuesto, la mayor intriga hasta la noche en que se anunciaron los datos oficiales fue el por ciento de participación de los votantes. Era muy importante para los chavistas lograr un porciento suficientemente representativo de participación para que las elecciones tuvieran prestigio y demostrar que el boicot de la oposición no funcionó. En la noche, cuando la presidenta del CNE anunció que votó el 46% de los votantes con derecho al voto de alrededor de 20 millones de venezolanos, fue una feliz noticia para el equipo de Maduro. Porque en el transcurso del día muchos medios extranjeros especulaban que la participación estaba por debajo del 20%.

En los comentarios posteriores, el mismo Maduro y todos los funcionarios de la dirección del país han enfatizado constantemente que este porcentaje de participación es una señal de alta conciencia y abnegación del pueblo venezolano, que durante tanto tiempo ha estado sujeto a una cruel guerra económica y graves privaciones, pero que, sin embargo, salió para participar democráticamente en la solución del destino del país.

A su vez, la oposición y los medios de comunicación más grandes del mundo en sus ataques han expresado que se trata de un bajo porcentaje de participación sin precedentes porque en Venezuela generalmente vota el  80% de los electores.

Desde el campamento chavista replicaron a su vez con los datos de las votaciones de otros países, por ejemplo, de cómo en Chile se eligió al actual presidente con los votos del 42% de los electores. También recordaron los datos sobre la baja participación en la elección de Bill Clinton en los Estados Unidos o de Emmanuel Macron en Francia.

Es un hecho que los chavistas consideran que el porcentaje de participación logrado es bueno porque la presión propagandística sobre los votantes para que no fueran a votar fue realmente muy fuerte y se combinó con todas estas sanciones dirigidas a provocar una crisis económica aún mayor, a la imposibilidad de recibir los pagos internacionales, un bloqueo total al estado, la prohibición de las transacciones en cuanto a la deuda estatal de Venezuela, etc.

Los resultados concretos de los cuatro candidatos que Tibisay Lucena anunció el 20 de mayo, a última hora en el CNE, ya son bien conocidos. La victoria fue para Nicolás Maduro con casi el 68% o cerca de 6 millones de votos, Henry Falcón fue el segundo con alrededor del 21% o aproximadamente 1 millón y 900,000 votos. El 10% o alrededor de 900,000 votos correspondió a Javier Bertucci. El último lugar con un 0.4% o cerca de 34,000 votos perteneció a Reinaldo Quijada.

La presidenta del CNE, Tibisay Lucena (extrema izquierda) anuncia los resultados de la votación. Los gráficos muestran los votos recibidos por cada uno de los candidatos. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova

 

Inmediatamente después de anunciar los resultados, presenciamos otra manifestación interesante de la democracia venezolana. De hecho, el CNE en cuestión está compuesto por cuatro “rectores” (así llamados) y un presidente, en este caso, Tibisay Lucena. Entre los cuatro “rectores” hay tres mujeres y un solo  hombre: Luis Emilio Rondón. Resultó que este último es de la oposición.

Después de que Tibisay Lucena finalizara la declaración oficial en nombre del CNE, Rondón se colocó detrás de otro micrófono instalado al lado del estrado, para pronunciar un ardiente discurso opositor,  repitiendo todas las acusaciones que Henry Falcón había expresado durante el día.

Luis Emilio Rondón pronunciando su discurso opositor en el CNE. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova

La mayoría de los observadores internacionales que estábamos en la sala nos reunimos a su alrededor para escucharlo, por supuesto. Pero muchos no podían creer lo que estaba sucediendo. ¿Cómo es que tal cosa ocurría,  no se dice acaso que el gobierno del país ha mantenido todo bajo control? ¿Es posible ser miembro de una institución como el Consejo Nacional Electoral y manifestar no una opinión alternativa sobre las elecciones, sino un criterio acusador y agresivo? ¿No debería mantener la disciplina institucional?

No, Rondón pronunció su discurso, que fue tres veces más largo que el de Tibisay Lucena, sin ninguna preocupación, fue grabado por todos los medios de comunicación extranjeros acreditados, y luego dio muchas entrevistas que circularon por todo el mundo. Pero si para algunos colegas periodistas su opinión fue la personificación de su rebeldía personal, para mí y para la mayoría de los observadores, fue una prueba más de la verdadera democracia de Venezuela donde todos pueden expresar libremente su opinión.

Entre los muchos observadores extranjeros, como ya he mencionado, estuvieron los representantes de Honduras y Ecuador: Manuel Zelaya y Rafael Correa.

En la emoción de la noche post electoral y entre la barahúnda de muchos que deseaban tomarse fotos con ellos, me las arreglé para entrevistarlos de manera relámpago a los dos. He aquí las entrevistas.

MANUEL ZELAYA, ex presidente de Honduras:

Manuel Zelaya, el ex presidente de Honduras, derrocado en 2009, fue observador de las elecciones venezolanas. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova

Sr. Presidente, ¿cuáles son sus impresiones sobre las elecciones en Venezuela?

– Esto aquí es más que un mero proceso eleccionario. Es una batalla entre el capitalismo global, opresivo, excluyente e inmoral y un proceso socialista que trata de darle al pueblo venezolano independencia y soberanía. Solo puedo felicitar a este pueblo por sus esfuerzos. A pesar de estar económicamente bloqueado desde el exterior, quiere paz y envía un mensaje de tolerancia.

¿Sobre su patria, Honduras, ¿qué nos puede decir, brevemente cómo está la situación allí?

– En Honduras, los Estados Unidos está imponiendo una dictadura militar. Somos los más pobres, los más aplastados del mundo. Hay un uso excesivo de la fuerza por parte del estado contra las personas, y todo esto es apoyado por los Estados Unidos. En nuestro país los Estados Unidos apoyan esta dictadura, y aquí, en Venezuela, critican la democracia.

RAFAEL CORREA, ex presidente de Ecuador:

Rafael Correa, el ex presidente de Ecuador, también estuvo entre los observadores internacionales en las elecciones venezolanas. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova

¿Qué piensa sobre el proceso electoral en Venezuela?

El proceso es completamente correcto y limpio. Lo digo como testigo directo: visité cuatro colegios electorales aquí en Caracas. Creo que el proceso es perfecto. Y este es un sistema electoral muy sólido que no puede ponerse en tela de juicio.

¿Continuará la revolución latinoamericana en el contexto de esta ofensiva de la derecha?

La revolución latinoamericana sufrió fuertes golpes de todo tipo. Nos enfrentamos al “partido de los medios”, con la prensa corrupta. De hecho, es muy corrupta, especialmente en América Latina. En Brasil, vimos un golpe de Estado, en Ecuador – una gran traición que socavó el orden constitucional. Pero tenemos plena confianza en la conciencia de nuestros pueblos que son capaces de valorar dónde está la verdad.

¡Gracias!

¡Y un gran abrazo para Bulgaria!

El otro observador extranjero muy buscado para entrevistas y comentarios fue el ex primer ministro español, José Luis Rodríguez Zapatero, muy conocido por su misión mediadora entre el gobierno y la oposición en las negociaciones en la República Dominicana, que terminó de manera tan decepcionante para él también. Esto es lo que dijo Zapatero ante la multitud de periodistas que le preguntaron si continuaría contribuyendo al establecimiento de un diálogo interno en Venezuela:

“Para mí, la palabra clave antes, durante y después de las elecciones es la paz. Estoy convencido de que el proceso de diálogo no solo es necesario sino también inevitable. En vista de esto, he actuado durante estos tres años en la mediación, por lo que también tomaría parte en nuevos esfuerzos en esta dirección”.

En cuanto al nuevo-viejo presidente, Nicolás Maduro, expresó en su discurso en la noche posterior a las elecciones que sería el presidente de todos los venezolanos, agradeciendo a todos los votantes, sin importar quién. También señaló que inmediatamente comenzó un diálogo nacional por la paz e invitó a todos sus oponentes a unirse.

El nuevo presidente Nicolás Maduro prometió un diálogo nacional en su discurso en la noche de las elecciones. Foto: EFE

Un día después, esta invitación fue respondida por Javier Bertucci, quien aceptó completamente los resultados de las elecciones. En contraste, Falcón los refutó y muy exóticamente insistió en volver a votar a fin de año.

Bertucci fue recibido por Maduro en el palacio presidencial de Miraflores y discutieron qué medidas urgentes deberían tomarse para mejorar la situación en el país.

Maduro ya formó su nuevo gobierno y le ha concedido el puesto clave de ministro de Economía a la prestigiosa economista Pasqualina Curcio, quien realmente tiene que hacer milagros para mejorar la situación económica, especialmente en el contexto de las nuevas sanciones introducidas por Washington y prometidas por Bruselas.

“Venezuela hoy es nuestra primera línea en el frente. La supervivencia y la continuidad de la Revolución Bolivariana es una promesa para el futuro de la izquierda en América Latina”. Esto me dijo al salir de Caracas la maestra y activista social de Asunción, Paraguay, Mirta Bonci, quien también se encontraba en nuestro grupo de observadores.

Y yo diría como conclusión que me sentí profundamente conmovida una vez más por sumergirme en medio del cálido y cariñoso pueblo venezolano, con su profundo deseo de paz, de tranquilidad, de independencia y desarrollo digno de su país.

Venezuela quiere  paz, tranquilidad y una vida digna para sus hijos. Foto cortesía de Kadrinka Kadrinova

L’esito delle elezioni in Bulgaria e Moldavia

di Danilo Della Valle

Un nuovo scenario si apre ad est, in due Paesi strategicamente molto importanti, ed ancora una volta sembra essere arrivata una nuova sconfitta per la UE per la Nato.

Questo è quanto sembra esser emerso dalle elezioni presidenziali in Bulgaria e Moldavia, che hanno sancito le vittorie delle rispettive sinistre socialiste filorusse.

Ciò non ci deve scandalizzare perché in realtà le affermazioni di Igor Dodon e dell’ex generale Rumen Radev erano più prevedibili di quanto si potesse pensare, date le condizioni in cui versano i due Paesi che detengono il record di essere tra gli Stati più poveri del continente europeo. Sebbene le due cariche siano soltanto di mera rappresentanza, i risultati elettorali hanno provocato un terremoto politico nei rispettivi Paesi che vedrà l’aprirsi di contraddizioni interne.

In Bulgaria, Paese più povero della Unione Europea e Paese membro della Nato, l’ex generale Rumen Radev, candidato per il Partito Socialista, ha vinto il ballottaggio con il 58% dei voti ai danni della candidata del centro destra (Gerb), l’avvocato Tsetska Tsacheva già presidente del parlamento.

L’esito delle elezioni ha già avuto i suoi effetti: il primo ministro, il conservatore Bojko Borisov, ha annunciato che rassegnerà a giorni le proprio dimissioni, il che significa che la Bulgaria andrà incontro ad una crisi di governo risolvibile o con un governo ad interim frutto di accordi o con nuove elezioni.

Il neo eletto presidente bulgaro Radev ha invece riferito che farà di tutto per risanare i rapporti con la Russia e lavorare per una Bulgaria prospera. Sofia dopo molti anni passati come “Stato fedele” a Mosca, aveva visto il proprio indice di gradimento crollare dopo l’entrata nell’Alleanza Atlantica nel 2004.

La campagna elettorale del neo eletto presidente ha fatto leva oltre che sulla lotta alla corruzione ed alla miseria anche sulla critica alla Unione Europea, che non avrebbe portato alcun beneficio alla popolazione, ed alla NATO. Ora la Bulgaria si troverà ad un bivio, avendo una posizione strategica molto importante: districarsi tra UE, Nato e Russia, dove pesano enormemente le sanzioni economiche i cui effetti si abbattono inevitabilmente sulla popolazione balcanica.

Più o meno lo stesso vale per la Moldavia, il Paese più povero del continente europeo che però non fa parte della UE. Per la prima volta il Paese ha votato direttamente il presidente che finora è sempre stato eletto dal Parlamento. I risultati del ballottaggio hanno sancito la vittoria di Igor Dondon del Partito Socialista, appoggiato anche dal suo ex partito, il Partito Comunista, che in Moldavia ha percentuali molto importanti.

L’ex ministro dell’Economia e del Commercio durante i governi comunisti del 2006 e del 2009 ha battuto con il 57.4% la candidata del centro destra Maia Sandu, ex funzionaria della Banca Mondiale e sostenitrice di una Moldavia legata a doppia mandata alla UE. Appartenente alla schiera della cospicua minoranza russa residente in Moldavia (si stimano sia intorno al 10% della popolazione che è di circa 3,5 milioni di abitanti), il neo eletto presidente ha già dichiarato la meta del suo primo viaggio ufficiale: Mosca.

Obiettivo del viaggio è quello di tranquillizzare il Cremlino sulla volontà di non voler andare oltre l’accordo di associazione con l’Unione Europea firmato nel 2014 ma chiedere l’adesione all’Unione Eurasiatica. Inoltre Dondon ha già dichiarato che la “Crimea è di fatto Russia” e che la questione della Transnistra può e deve esser risolta in maniera federativa, con l’ausilio anche delle forze speciali russe presenti sul territorio.

Ovviamente tutto questo dipende soprattutto da come si evolverà la questione interna al governo moldavo in carica ed alla crisi che si aprirà nel cartello di governo “alleanza per l’integrazione europea”, formazione di centro destra con all’interno il Partito Democratico moldavo che aderisce al PSE. Sicuramente i prossimi mesi saranno importantissimi non solo per Moldavia e Bulgaria ma anche per la UE e Nato, per capire fin dove questa situazione può arrivare e se altri Paesi ex sovietici possano approfittare del “disorientamento” generale per tornare “all’ovile della Madre Russia”.

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